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Que efímera palabra, define anhelos, casi siempre
insatisfechos, por culpa de complejos, represiones externas, y estúpidos
moralismos internos; no puedo definir concretamente que podría ser una
verdadera libertad, pero puedo confirmar que la mayoría de nosotros vivimos en
cárceles mentales, en límites perniciosos, que nos causan la muerte más crónica
y lenta de todas, la muerte de nuestro deseo más profundo de ser felices.
Aprisionarnos en nuestro cuerpo, que ironía más
grande, la humanidad tiene una larga historia de luchas, libradas para la
libertad, y una vez obtenida, la despilfarramos y no valoramos; al ser esclavos
luchamos por ser libres físicamente, pero nos fascina ser prisioneros
intelectuales, emocionales, espirituales.
La libertad y la lucha por ella, es tan diferente
en cada uno, para algunos es aprender a elegir mejor su camino, para otros
aprender a ponerse un short sin complejos, tal vez decir lo que pensamos y no
guardarlo, viajar a donde queramos, estudiar lo que deseamos, elegir nuestra
vocación y lanzarnos a ser religiosos, irnos a misionar a India, casarnos y
tener hijos; la libertad no es solo hacer lo que quieras, es elegir lo que te
hará feliz, es elegir qué harás con tus aciertos y errores, y cómo te
levantarás con tus luchas y tus debilidades.
¿Qué estás haciendo? ¿Qué estás viviendo? Lánzate
al vacío, búscate y encuéntrate, anda por la vida metiéndote en líos y aprende
a salir de ellos, aprende a volar, a veces da miedo, pero en el camino te darás
cuenta que lo mejor es ser tú mismo, sin complejos o formas, la libertad de
vivir y respirar aire puro de paz y tranquilidad.
Sé libre de ti mismo, mata a tu hombre gris…
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